¿Podemos imaginar un mundo sin imágenes fotográficas? ¿Podemos imaginar que sería un periódico sin imágenes o Facebook sin imágenes? La fotografía nació a mediados del siglo XIX y desde entonces las personas la hemos incluido en nuestra vida cotidiana con propósitos variados y de muchas y diversas formas. Realmente es difícil de imaginar un mundo actual sin imágenes fotográficas que nos muestren la vida cotidiana o los acontecimientos mundiales recientes.
Actualmente, con los vastos equipos fotográficos digitales que están a nuestro alcance con gran facilidad, la fotografía está más cerca que nunca de nosotros: vivimos en la cultura de la imagen y la utilizamos para poder hacer una interpretación de nuestra realidad.
La fotografía según el fotógrafo Richard Avedon es una forma de hablar de manera más intrincada y profunda que a través de las palabras. Por lo tanto, al observar una fotografía generalmente estamos creando significados de la foto misma desde una conexión interna con nuestras emociones, experiencias y conceptos de la realidad que son estimuladas y nos permite realizar una interpretación de la imagen fotográfica como una realidad.Nuestras fotografías sirven para crear conexiones internas y estimular zonas neurológicas que al recibir este estímulo visual acedemos, exploramos e interpretamos nuestros sentimientos y emociones incluso podemos llegar a revivir recuerdos que se creían olvidados y que de alguna manera pudieran o no repercutir en la conducta y en los procesos cognitivos de una persona.
Así, como la música tiene efectos sobre múltiples áreas del cerebro a nivel tanto cortical como subcortical y activa una red muy extensa con una amplia cobertura de funciones, también los puede tener la fotografía, en la estimulación en áreas cerebrales relacionadas con la memoria como la amígdala.
Por lo tanto, nos encontramos ante el hecho, casi ritualista, de que las personas hacen fotografías de todos los acontecimientos de sus vidas tal vez para ayudar a la memoria a recordar aspectos significativos, emocionales e inspiradores de nuestra vida.
Es importante hacer una distinción entre la fotografía terapéutica y la fotografía como ayuda en el proceso psicoterapéutico. La fotografía como ejercicio terapéutico se relaciona con la búsqueda de un propio proceso de autodescubrimiento o con propósitos artísticos especialmente cuando se usa la cámara fotográfica como agente de cambio personal o social. Por otro lado, la fotografía aplicada en el proceso psicoterapéutico va relacionada como herramienta terapéutica para ayudar a las personas mediante la estimulación visual y la guía orientada del psicoterapeuta.
Judy Weiser, directora del Photo Therapy Centre de Vancouver nos dice: Las técnicas de fotografía aplicadas en el proceso psicoterapéutico utilizan las fotografías personales del paciente que sirven como un catalizador visual para evocar terapéuticamente los recuerdos relevantes e información que está contenida en las imágenes de forma inconsciente.
Las imágenes contienen siempre información, historias que contar y compartir, evocan pensamientos, sentimientos y recuerdos significativos en la vida de las personas. Al ver una imagen la persona le da una interpretación diferente y asocia contenidos cognitivos y emocionales propios y, en base a esto, podemos realizar un trabajo de restructuración cognitiva y conductual.
La fotografía es, por lo tanto, una importante herramienta psicoterapéutica para aquellos con mayores dificultades en procesos como duelo, demencias o alguna situación que demande estimular de manera profunda nuestros recuerdos.
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