jueves, 19 de marzo de 2020

Las competiciones de deportes electrónicos se adaptan pese a la pandemia y registran históricos en las visualizaciones.




Las competiciones de deportes electrónicos se adaptan pese a la pandemia y registran históricos en las visualizaciones.

Agencias

La crisis que ha vaciado pabellones y estadios y ha paralizado el deporte en un escenario sin precedentes se ha encontrado con una férrea resistencia: los eSports.

Mientras LaLiga, la NBA y la Champions guardan la cuarentena sacudidas por el coronavirus, los deportes electrónicos, aspirantes a entrar en el calendario olímpico, se adaptan para seguir con la competición. La Superliga Orange del juego League of Legends (LoL), uno de los más populares en el mundo, afronta este mes la fase de playoffs. Decenas de miles de personas desde su casa, protegidas tras las pantallas, una de las pocas fronteras que no ha traspasado el coronavirus, disfrutaron este lunes y este martes en vivo los cuartos de final.

La flexibilidad de una disciplina que se puede practicar pese a las restricciones del estado de alarma declarado por el Gobierno mantiene a los eSports como una aldea gala dentro del imperio del coronavirus.

La cancelación de las grandes ceremonias, escaparate del deporte electrónico y una de sus principales fuentes de ingresos, es la mayor preocupación del sector. ESL, la empresa más longeva de eSports, suspendió las finales mundiales de la Pro League del simulador de disparos Counter Strike: Global Offensive (CS:GO) que se iba a celebrar en Malta con equipos procedentes de todo el globo. En su lugar, la compañía alemana ha reorganizado el torneo en campeonatos regionales en Europa y América que se disputarán de manera telemática.

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